sábado, 17 de octubre de 2015

No te tomes nada personal. Fuente: Los Cuatro Acuerdos, Sabiduría Tolteca.

Suceda lo que suceda a tu alrededor no te lo tomes personalmente.

Si  en la calle  te dicen:  «¡Eh, eres un estúpido!», sin conocerte, no me refiero a ti, sino a mí. Si te lo tomas personalmente, tal vez te creas que eres un estúpido. Quizá te digas a ti mismo: «¿Cómo lo sabe? ¿Acaso es clarividente o es que todos pueden ver lo estúpido que soy?

Te lo tomas personalmente porque estás de acuerdo con cualquier cosa que se diga. Y tan pronto como estás de acuerdo, el veneno te recorre y te encuentras atrapado en el sueño del infierno. El motivo de que estés atrapado es lo que llamamos «la importancia personal». La importancia personal, o el tomarse las cosas personalmente, es la expresión máxima del egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro alrededor. Durante el período de nuestra educación (o de nuestra domesticación), aprendimos a tomarnos todas las cosas de forma personal. Creemos que somos responsables de todo. ¡Yo, yo, yo y siempre yo! Nada de lo que los demás hacen es por ti. Lo hacen por ellos mismos.


Todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente; los demás están en un mundo completamente distinto de aquel en que vive cada uno de nosotros. Cuando nos tomamos personalmente lo que alguien nos dice, suponemos que sabe lo que hay en nuestro mundo e intentamos imponérselo por encima del suyo. Incluso cuando una situación parece muy personal, por ejemplo cuando alguien te insulta directamente, eso no tiene nada que ver contigo. Lo que esa persona dice, lo que hace y las opiniones que expresa responden a los acuerdos que ha establecido en su propia mente. Su punto de vista surge de toda la programación que recibió durante su domesticación.


Si alguien te da su opinión y te dice: «¡Oye, estás muy gordo!», no te lo tomes personalmente, porque la verdad es que se refiere a sus propios sentimientos, creencias y opiniones. Esa persona intentó enviarte su veneno, y si te lo tomas personalmente, lo recoges y se convierte en tuyo. Tomarse las cosas personalmente te convierte en una presa fácil para esos depredadores, los magos negros. Les resulta fácil atraparte con una simple opinión, después te alimentan con el veneno que quieren, y como te lo tomas personalmente, te lo tragas sin rechistar. Te comes toda su basura emocional y la conviertes en tu propia basura. Pero si no te lo tomas personalmente, serás inmune a todo veneno aunque te encuentres en medio del infierno. Esa inmunidad es un don de este acuerdo. Cuando te tomas las cosas personalmente, te sientes ofendido y reaccionas defendiendo tus creencias y creando conflictos. Haces una montaña de un grano de arena porque sientes la necesidad de tener razón y de que los demás estén equivocados. También te esfuerzas en demostrarles que tienes razón dando tus propias opiniones. Del mismo modo, cualquier cosa que sientas o hagas no es más que una proyección de tu propio sueño personal, un reflejo de tus propios acuerdos. Lo que dices, lo que haces y las opiniones que tienes se basan en los acuerdos que tú has establecido y no tienen nada que ver contigo.


Lo que piensan de tí no es importante,  y no te le debes tomar personalmente. Cuando la gente te dice: Fulano, eres el mejor», no lo tomes personalmente y tampoco lo hagas cuando te digan: Fulano, eres el peor.   Ningún comentario puede afectarte porque eres lo que eres No necesitas que te acepten. No necesitas que nadie te diga:  Fulano qué bien lo haces, o  ¿Cómo eres capaz de hacer eso?.


No se tomen nada personalmente. Pienses lo que pienses, sientas lo que sientas, sé que se trata de un problema que no es tuyo es de ellos. Es su manera de ver el mundo. No lo tomen de un modo personal porque se refieren a ellos mismos.  Los demás tienen sus propias opiniones según su sistema de creencias, de modo que nada de lo que piensen de ustedes es verdad, estará realmente relacionado con ellos.

Es posible que incluso digas: Me duele lo que me dice.  Pero lo que te duele no es lo que te dicen, sino las heridas que tienes y que te han  rozado con lo que han dicho. Eres tú mismo  el que te haces daño. 

Creas una película entera en tu mente y en ella tú eres el director, el productor y el protagonista. Todos los demás tenemos papeles secundarios. Es tu película. La manera en que ves esa película se basa en los acuerdos que has establecido con la vida. Tu punto de vista es algo personal tuyo. No es la verdad de nadie más que de ti. Por consiguiente, si te enfadas con alguièn , sé que eso está relacionado contigo. La otra persona es la excusa para que tú te enfades. Y te enfadas porque tienes miedo, porque te enfrentas a tu miedo. Si no tuvieras miedo, no te enfadarías  en modo alguno con nadie. Si no tuvieras miedo, no  odiarías en modo alguno. Si no tuvieras miedo, no estarías triste ni celoso en modo alguno.

Si vives sin miedo, si amas, no hay lugar para ninguna de esas emociones. Si no tienes ninguna de esas emociones, lógicamente te sientes bien. Cuando te sientes bien, todo lo que te rodea está bien. Cuando todo lo que te rodea es magnífico, todo te hace feliz. Amas todo lo que te rodea porque te amas a ti mismo, porque te gusta como eres, porque estás contento contigo mismo, porque te sientes feliz con tu vida. Estás satisfecho con la película que tú mismo produces y con los acuerdos que has establecido con la vida. Estás en paz y eres feliz. Vives en ese estado de dicha en el que todo es verdaderamente maravilloso y bello. En ese estado de dicha, estableces una relación de amor con todo lo que percibes en todo momento.

Sea lo que sea lo que la gente haga, piense o diga, no te lo tomes personalmente. Si te dice que eres maravilloso, no lo dice por ti. Tú sabes que eres maravilloso. No es necesario que otras personas te lo digan para creerlo. No te tomes nada personalmente.  Ni siquiera las opiniones que tienes sobre ti mismo son necesariamente verdad; por consiguiente, no tienes la menor necesidad de tomarte cualquier cosa que oigas en tu propia mente personalmente. La mente tiene la capacidad de hablarse a sí misma, pero también tiene la capacidad de escuchar la información que está disponible de otras esferas.

La mente también es capaz de hablarse y escucharse a sí misma. Tu mente está dividida, igual que lo está tu cuerpo. Del mismo modo en que puedes estrechar con una mano tu otra mano y sentirla, la mente puede hablar consigo misma. Una parte de tu mente habla y otra escucha. Cuando muchas partes de tu mente hablan todas al mismo tiempo, se origina un gran problema. A esto lo llamamos mitote, ¿recuerdas? Podemos comparar el mitote con un enorme mercado en el que miles de personas hablan y hacen trueques a la vez. Cada una tiene pensamientos y sentimientos diferentes; cada una tiene un punto de vista distinto. Todos los acuerdos que hemos establecido -la programación de la mente- no son necesariamente compatibles entre sí. Cada acuerdo es como un ser vivo independiente; tiene su propia personalidad y su propia voz. Hay acuerdos incompatibles, que se contradicen los unos a los otros, y el conflicto se va extendiendo hasta que estalla una gran guerra en la mente.

El mitote es la razón por la que los seres humanos apenas saben lo que quieren, cómo lo quieren o cuándo lo quieren. No están de acuerdo con ellos mismos porque unas partes de la mente quieren una cosa y otras quieren exactamente lo contrario. Una parte de la mente pone objeciones a determinados pensamientos y actos y otra los apoya. Todos estos pequeños seres vivientes crean conflictos internos porque están vivos y cada uno tiene su propia voz. Únicamente si hacemos un inventario de nuestros acuerdos destaparemos todos los conflictos de la mente y, con el tiempo, llegaremos a extraer orden del caos del mitote.


No te tomes nada personalmente porque, si lo haces, te expones a sufrir por nada. Los seres humanos somos adictos al sufrimiento en diferentes niveles y distintos grados; nos apoyamos los unos a los otros para mantener esta adicción. Hemos acordado ayudarnos mutuamente a sufrir. Si tienes la necesidad de que te maltraten, será fácil que los demás lo hagan. Del mismo modo, si estás con personas que necesitan sufrir, algo en ti hará que las maltrates. Es como si llevasen un cartel en la espalda que dijera: «Patéame, por favor». Piden una justificación para su sufrimiento. Su adicción al sufrimiento no es más que un acuerdo que refuerzan a diario.


Vayas donde vayas, encontrarás a gente que te mentirá, pero a medida que tu conciencia se expanda, descubrirás que tú también te mientes a ti mismo. No esperes que los demás te digan la verdad, porque ellos también se mienten a sí mismos. Tienes que confiar en ti y decidir si crees o no lo que alguien te dice. Cuando realmente vemos a los demás tal como son sin tomárnoslo personalmente, lo que hagan o digan no nos dañará. Aunque los demás te mientan, no importa. Te mienten porque tienen miedo. Tienen miedo de que descubras que no son perfectos. Quitarse la máscara social resulta doloroso. Si los demás dicen una cosa, pero hacen otra y tú no prestas atención a sus actos, te mientes a ti mismo. Pero si eres veraz contigo mismo, te ahorrarás mucho dolor emocional. Decirte la verdad quizá resulte doloroso, pero no necesitas aferrarte al dolor. La curación está en camino; que las cosas te vayan mejor es sólo cuestión de tiempo.


Si alguien no te trata con amor ni respeto, que se aleje de ti es un regalo. Si esa persona no se va, lo más probable es que soportes muchos años de sufrimiento con ella. Que se marche quizá resulte doloroso durante un tiempo, pero finalmente tu corazón sanará. Entonces, elegirás lo que de verdad quieres. Descubrirás que, para elegir correctamente, más que confiar en los demás, es necesario que confíes en ti mismo.


Cuando no tomarte nada personalmente se convierta en un hábito firme y sólido, te evitarás muchos disgustos en la vida. Tu rabia, tus celos y tu envidia desaparecerán, y si no te tomas nada personalmente, incluso tu tristeza desaparecerá. Si conviertes el Segundo Acuerdo en un hábito, descubrirás que nada podrá devolverte al infierno. Una gran cantidad de libertad surge cuando no nos tomamos nada personalmente. Serás inmune a los magos negros y ningún hechizo te afectará, por muy fuerte que sea. El mundo entero puede contar chismes sobre ti, pero si no te los tomas personalmente, serás inmune a ellos. Alguien puede enviarte veneno emocional de forma intencionada, pero si no te lo tomas personalmente, no te lo tragarás. Cuando no tomas el veneno emocional, se vuelve más nocivo para el que lo envía, pero no para ti.


Ya puedes ver cuán importante es este acuerdo. No tomar nada personalmente te ayuda a romper muchos hábitos y costumbres que te mantienen atrapado en el sueño del infierno y te causan un sufrimiento innecesario. Si mantienes este acuerdo, viajarás por todo el mundo con el corazón abierto por completo y nadie te herirá. Dirás: «Te amo», sin miedo a que te rechacen o te ridiculicen. Pedirás lo que necesites. Dirás sí o dirás no -lo que tú decidas- sin culparte ni juzgarte. Siempre puedes seguir a tu corazón. Si lo haces, aunque estés en medio del infierno, experimentarás felicidad y paz interior. Permanecerás en tu estado de dicha y el infierno no te afectará en absoluto.

 

LA VIDA ES HOY



domingo, 11 de octubre de 2015

Sacale provecho a tu vida. Sé feliz

Sacale el mayor provecho posible a tu vida:
Qué hacen las personas para conseguir su felicidad?
1. Dan antes de recibir
Enfocarse solo en hacer dinero es un camino rápido a la infelicidad. De hecho, en estudios sobre la felicidad, investigadores han descubierto que una vez que satisfaces tus necesidades monetarias el dinero no te hace más feliz. Si ayudas a los demás, no sentirás que estás acaparando cosas materiales de manera innecesaria, sino que estarás contribuyendo a un mundo mejor.
2. Evitan el drama
La gente feliz se ocupa de sus propios asuntos. Mientras que otros se ven atrapados en relaciones ajenas o se molestan por cosas que alguien le dijo a otra persona, la gente feliz prefiere enfocarse sobre las cosas que pueden controlar. Enfocarte más en tu vida que en la ajena y dejar que los demás vivan la suya es una fórmula sencilla para aumentar la felicidad en tu vida.
3. Son agradecidos
La gente feliz siempre está agradecida por las cosas que tienen. No pasan todo el tiempo deseando las cosas que los demás tienen o soñando con una vida mejor. En vez de eso, se toman un tiempo todos los días para apreciar las cosas que sí tienen en su vida y sentirse agradecidos por ellas. Se desarrollan estudiando, leyendo, cultivándose con la lectura ya que es la fuente del conocimiento.
4. Ven el lado bueno de las cosas
La mayoría de las personas realmente felices no se ven muy afectadas cuando atraviesan por situaciones difíciles. Lamentarse e imaginarse los peores escenarios posibles es lo que hacen muchos cuando les va mal, pero si de verdad quieres ser feliz, debes empezar a tener fe en que las cosas van a cambiar para bien. Mantén tu perspectiva y ten en mente siempre que, sin importar lo que pase, puedes recuperarte.
5. Valoran a las personas
La gente feliz se enfoca en tener tiempo para sus relaciones personales. No viven pensando en tener dinero porque piensan que no tendrán muchas cosas que recordar si lo único que hicieron fue trabajar. Los momentos que se atesoran son esos especiales que compartes con tu familia y amigos. Poner a tus seres queridos por encima del dinero es una poderosa herramienta para alcanzar la felicidad.
6. Tienen diversos intereses
La gente feliz no deja que solo un aspecto de su vida les defina. Tienen una carrera y un empleo que disfrutan, tienen hobbies y también aman aprender cosas y crecer como individuos. Debido a sus múltiples intereses, no se abruman cuando algo en sus vidas sale mal. Si su pareja los deja, pueden refugiarse en tener una carrera que disfruten ejercer. Si se lesionan y no pueden practicar su deporte favorito por un tiempo, tienen amigos para salir a divertirse. No depositar todas tus esperanzas en una sola cosa, actividad o persona es esencial para ser feliz.
7. No se enfocan en los bienes materiales
Mientras algunos piensan que comprar es una gran forma de aliviar estrés, otros prefieren darle más valor a las experiencias que a las cosas materiales. Tendrás historias más emocionantes si te anotas en clases para aprender a bailar que comprando una camiseta.
8. Persiguen aquello que les apasiona
La gente feliz se deja llevar por su pasión. Si se levantan y se dan cuenta que son infelices en su trabajo, no sienten miedo de dejarlo e irse a buscar algo que los haga sentir satisfechos. Hacer esto puede ser peligroso, porque puede llevar a un gran fracaso. Pero la gente feliz no se frena por el miedo, siempre persiguen y buscan cumplir sus sueños y metas.

La lectura es la fuente del conocimento. No permanezcan sumidos en las tinieblas de la ignorancia.
Los conocimientos es lo único que te llevas.

LA VIDA ES HOY

domingo, 4 de octubre de 2015

¿Que nos quiere decir nuestro cuerpo fìsico?

 Fuente: ¿Que nos quiere decir nuestro cuerpo con una enfermedad?
Nuestro cuerpo físico no está diseñado para enfermarse, nos enfermamos cuando nuestro cuerpo etérico está agrietadado y por alli entra  cualquier emoción (desagradable) y por ende se enferma nuestron cuerpo físico por  causa de esas emociones, ya sean de tristeza, de preocupación entre muchas otras; aqui  se enferma y el cuerpo físico nos habla, ejemplo: los resfriados.
 EL resfriado, es una inflamación de la mucosa nasal. Se manifiesta por obstrucción nasal, con crisis de estornudos o bien tenemos la nariz irritada con secreción nasal y los ojos llorosos.
El resfriado expresa una dificultad de adaptación social, nos cuesta mucho relacionarnos, por eso se manifiesta con mayor frecuencia en épocas en la que debemos convivir con la gente más de cerca, es decir, en aquellas estaciones donde las personas están más en casa.
El resfriado es el medio por el que liberamos una gran dosis de tristeza que hemos ido acumulando en nosotros. Puede aparecer después de haber sufrido alguna decepción o como consecuencia, de un arrepentimiento por no haber dicho o hecho algo. O después de una vivencia en la que nuestros sentimientos han sido heridos y hemos sentido falta de calor y de apoyo.
También puede manifestarse un resfriado cuando hay un exceso de actividad en el plano mental y nos sentimos confundidos, preocupados, sin saber por dónde empezar. Estamos hartos, cansados: “hasta las narices”, de una situación, de nosotros mismos, de los demás,entre otros.
Existen también otras causas basadas en creencias populares que pueden desencadenar en un resfriado; por ejemplo: creer que después de haber ocurrido un “enfriamiento” o por colocarnos en una “corriente de aire” nos vamos a resfriar; creer que podemos “coger un resfriado de otra persona”; o creer en los “tres resfriados de cada invierno”,entre otros. Recuerden que nuestro subconsciente obedece a lo impuesto, son ideas cristalizadas que cuestan borrarse y en la cual hay que trabajar mucho. Esto se manifiesta solamente en aquellas personas que así lo creen. Cuanto más difundida esté una creencia, mayor es su influencia en la sociedad.

Recomendaciones para recuperar la salud física, emocional y espiritual:


El resfriado es el motivo idóneo que inconscientemente provocamos, para escapar de una situación (conflicto) que nos agobia, pero que no estamos dispuestos a reconocer y a expresar.
Sin embargo, si nuestra nariz está tapada, si nos lloran los ojos, si no podemos casi ni hablar por la irritación de la garganta o por la tos que tenemos e incluso, nuestros estornudos se convierten en la mejor arma: “no te acerques que estoy resfriado”, nos permite alcanzar nuestro objetivo de apartarnos de la situación molesta, sin conflictos y además, con la benevolencia y la comprensión de todo el mundo. Ahora podemos centrarnos un poco más en nosotros.
El resfriado es considerado por la medicina naturista como una crisis de desintoxicación del organismo. A través de él se eliminan las toxinas físicas (alimentación inadecuada, vida sedentaria, medicamentos, entre otros) o psíquicas (problemas emocionales) y el cuerpo y el alma se liberan de las sustancias que lo intoxicaban y ambos salen de la crisis fortalecidos.
La enseñanza que recibimos es que debemos estar preparados para afrontar los conflictos que nos plantean nuestras relaciones, aceptando que proyectamos en los demás aquello que rechazamos para que lo podamos ver, reconocer e integrar dentro de nosotros.

LA VIDA ES HOY